Frase de la semana

Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa

jueves, 29 de noviembre de 2012

LA VERDAD SOBRE LOS ALIMENTOS

Así se llama una serie documental de la BBC que los lunes por la noche retransmite Canal 9, en concreto el de este lunes hablaba sobre algunos mitos de las dietas de adelgazamiento.

El programa giraba en torno a una pareja de mediana edad, John y Leslie, ambos con obesidad mórbida. Al comienzo del programa él pesaba 119 kgs. y ella 137. Ambos habían probado toda clase de dietas de adelgazamiento sin resultados.

Durante el programa una dietista les va recomendando una serie de cambios en sus hábitos, estos cambios habían sido probados en grupos o parejas que se sometían a estudios o pruebas, supervisados científicamente.


El primer estudio hablaba sobre el metabolismo, personas que comen lo que quieren y no engordan, ¿somos acumuladores o quemadores?

Cogían a una pareja de amigas, misma edad y mismo estilo de vida. Una de ellas come a todas horas y todo lo que le apetece (patatas, pasteles, golosinas, etc...) y está delgada.
La otra se pasa la vida a dieta y sin embargo tiene sobrepeso.
Ambas aseguran que más o menos comen lo mismo, sin embargo una tiene problemas de peso y la otra no.
Las someten a una prueba para analizar su metabolismo (ritmo al que nuestro cuerpo consume energía).
La prueba consistía en meterlas en una bolsa de plástico, tumbadas en una camilla, conectadas a un tubo y .... no me acuerdo exactamente de más cosas..
Por otra parte les daban a beber agua isotópica (comentaron además que es el agua más cara del mundo, contiene isótopos radioactivos, sobre 500 euros la botella... ahí es na). Dichos isótopos se adhieren a las ¿células o moléculas?  no lo recuerdo tampoco, dichosa memoria... la cuestión es que al orinar esos isótopos se "chivarían" de las calorías ingeridas.
El estudio concluyó que tenían metabolismos muy similares y que la chica delgada comía un 50% menos que la chica con problemas de sobrepeso.
Curioso, porque ambas tenían la sensación de que la delgada comía mucho más que la gordita. Además les indicaron que la chica delgada estaba unos 10 kilos por debajo de su peso y la otra, 10 kilos por encima de su peso.
Así que la próxima vez que oiga eso de que alguien se pasa el día comiendo y no engorda, ya sabré lo que pasa, que posiblemente me encuentre con alguien que tiene una percepción errónea de lo que realmente come. Y lo mismo si alguien me dice, yo no como casi y engordo.

El excedente de calorías se almacena en forma de grasa, si se sufre sobrepeso es porque estamos comiendo más de lo que necesitamos, que gran descubrimiento ¿verdad?

Segundo estudio, comidas que sacien. En esta ocasión cogen a 3 chicos de edades y peso similares, están en ayuno 12 horas. Los encierran en un cuarto, por separado y a cada uno le llevan una comida con las mismas calorías pero que provienen de distintos alimentos.
Chico 1: comida proteica, pollo y pasta.
Chico 2: comida grasa, pasta con una salsa calórica.
Chico 3: carbohidratos, pasta hervida y tomate.
A las dos y a las cuatro horas de haber comido les van preguntando la sensación de hambre a cada uno.

Finalmente les llevan 3 platos de pizza idénticos, el resultado es este:
Chico 1 (el de las proteínas): no come casi nada del plato de pizza.
Chico 2 (el de las grasas): se come toda la pizza y lo intenta con el plato... jejeje!!! nooooo, sólo la pizza.
Chico 3 (el de los carbohidratos): se come casi toda la pizza.

Conclusión del estudio, las proteínas (pescado, carnes, preferiblemente magras, y lácteos desnatados) sacian durante más tiempo.

Volviendo a Leslie y John, la dietista les aconseja comer carne sin grasa y que la pieza no tiene que ser más grande que la palma de la mano, y del grosor de un tarjetero. Y acompañar a la proteína de mucha fruta y verdura.

Tercer estudio, sobre el tamaño de las raciones.
Escogen a 150 personas y las invitan al cine y a palomitas. Los dividen en dos grupos y a cada uno les dan un bote de palomitas.
Grupo 1, bote de palomitas con 120 grs.
Grupo 2, bote de palomitas con 240 grs. Además en este grupo la mitad de los botes contenían palomitas hechas dos semanas atrás.

El grupo 2 (ración grande) comió hasta un 40% más que el grupo 1, a pesar de que hubo personas que manifestaron que las palomitas no estaban muy buenas y que además estaban blandas.

Conclusión del estudio, cuanto más grande más comemos.

A Leslie y John les aconsejan comer en platos pequeños para disminuir las porciones.

Cuarto estudio, ver lo que comemos. Ayuda visual.
Cogen dos grupos y les sirven para comer patas de pollo.
Al grupo 1, les recogen los huesos conforme van comiendo, siempre tienen el plato limpio de restos.
Al grupo 2, no les recogen los huesos y los restos de lo que van comiendo se van almacenando en sus platos.
Resultado del estudio, el grupo 1 (los que no tenían restos en el plato) comen un 10% más que el otro grupo.

A Leslie y John les aconsejan llevar un diario alimentario.
Escribir lo que comemos ayuda a reconocer lo que ingerimos. Al registrar lo que tomaban en el diario, John se dio cuenta que llegaba a ingerir 43 cucharadas de azúcar al día. ( A mí me costó creerlo la verdad).

Quinto estudio, beber agua antes de comer sacia.
Cogieron a dos parejas.
Pareja 1, toman un plato con pollo, champiñones y brócoli. Toman un vaso de agua antes de empezar a comer.
Les hacen conducir por el desierto y a los 45 minutos rellenan un cuestionario con la sensación de hambre que tienen.
Pareja 2, toman los mismos ingredientes del plato de la pareja 1, pero se los trituran junto al vaso de agua. Es decir, los toman en forma de sopa.
A los 45 minutos también rellenan el cuestionario y también van conduciendo por el desierto (esto del desierto no entiendo muy bien porqué, la verdad).

El resultado del estudio fue que la pareja que había tomado alimentos sólidos tenía más hambre a partir del minuto 90. Resultado, la sopa sacia más.

Además hicieron una resonancia magnética en el hospital a una persona a la que le daban de beber agua a con el estómago vacío. El agua entraba y estiraba el estómago y acto seguido salía. Es decir, el agua pasaba por el estómago sin detenerse, no permanecía en él ya que no tiene nutrientes.
Hicieron lo mismo con la sopa, y se veía entrar la sopa en el estómago, lo estiraba y permanecía allí. Como la sopa tenía nutrientes permanecía en el estómago, para que éste hiciera su trabajo.

Por supuesto hablaban todo el tiempo de sopas bajas en grasas.

La conclusión del estudio fue que el agua espesada con alimentos permanece en el estómago. Sin embargo al ingerir agua y comida por separado, el agua pasa por el estómago y se marcha, permaneciendo sólo la comida.

Sexto estudio, los lácteos ayudan a adelgazar.
Escogen a un chico para el estudio y tiene que llevar una dieta rica en calcio durante una semana. 
La semana siguiente ha de seguir una dieta baja en calcio. 
La dieta constaba ambas semanas de las mismas calorías y cantidad de grasas.

Durante dos semanas recogen los excrementos del chico (un poco marranote este estudio) y los analizan. 

Tardan unos tres meses ya que congelan las heces, las enrollan, las chafan y las cuecen (lo que yo decía una marranada). 

Bueno al grano, la cantidad de grasa excretada en heces durante la dieta rica en calcio es el doble que la cantidad excretada mientras seguía la dieta pobre en calcio.

Conclusión del estudio, el calcio reduce la absorción de las grasas (se adhiere a las grasas y se va con los excrementos al no poder digerirlo). Por supuesto hablaban de lácteos desnatados.

En cuanto a Leslie y John, al cabo de 18 semanas habían perdido:
Leslie, 15'5 kilos (17 cm) y John, 12 kilos (18 cm).

Conclusión propia, si habéis aguantado leyendo hasta aquí, os merecéis un premio!!!!  

Espero no haberos aburrido mucho y que os haya parecido interesante.

Chao!!!



martes, 27 de noviembre de 2012

GAFAPASTIX... ¿estás ahí?

Gafapastix, no sé si llegarás a leer esto, pero por si acaso...  quería que supieras que estoy preocupada por tí.

Sé, que al igual que yo no actualizas a diario tu blog, pero ahora estás tardando más de lo habitual y además las ultimas entradas no han sido muy positivas que digamos.

No se me ocurre otra manera de llamar de tu atención, así que si lees esto POR FAVOR, actualiza el blog, cuéntanos como estas y como te sientes.

Ya ves, perdiste una "amiga" pero encontraste otras personas en tu camino, aunque nos comuniquemos de forma "virtual" somos personas reales, con problemas reales como los tuyos y con caminos similares.

Aprovecha el blog y sal de tu "escondite", si necesitas hablar aquí hay personas que quieren escucharte, al menos yo, sinceramente.

Espero que no te moleste mi atrevimiento, lo hago con toda mi buena intención.





lunes, 26 de noviembre de 2012

Primeros 7 días sin dulce...

Hoy hace una semana que me propuse el reto de 21 días sin dulces ni bolleria, hasta el momento estoy cumpliendo y no he sucumbido a los dulces pecados, por esa parte estoy orgullosa, peeeeeeeeero... pensaba yo que en el peso iba a notar el haber renunciado a esos pecadillos que hacia a diario, y aunque no sé seguro si he perdido algo de peso (porque soy incapaz de reunir el valor necesario para subirme a la báscula) por la ropa no noto que haya perdido nada.

Con lo cual estoy con un poco de bajón mental... creo que tengo siempre unas expectativas demasiado optimistas y claro, luego viene la cruda realidad y me da un bofetón en la cara.

Por otra parte llevo varias semanas apuntando un registro diario de lo que como, las horas a las que lo como y el ejercicio diario realizado. La única semana que he conseguido anotarlo todo -incluyendo el fin de semana- ha sido esta semana pasada, igual hago como en otros blogs y anoto aquí diariamente lo que como, no sé que hacer... a lo mejor hacerlo de forma pública me hace tener un mayor compromiso con la dieta.
Cuando veo lo que anotáis en vuestros blogs y lo comparo con lo mío... realmente como mucho. Así que dar el paso de dejar el dulce está siendo en parte un éxito y en parte un fracaso.

Esta semana sin dulce para mí ha sido difícil, pero para los demás miembros de mi casa seguro que ha sido peor. Los daños colaterales causados han sido mayores, NO ME AGUANTO NI YO, si normalmente estoy malhumorada esta semana entre el "mono" por lo dulce y que estaba en la semana previa a la menstruación... para que contaros.

Hoy sigo haciendo camino...
 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Uuuuuuuffffffff... de momento aguanto!!!

Hola a tod@s!!!

Seré breve, sólo paso por aquí a decir que                  

DE MOMENTO AGUANTO!!!!                                        

llevo 5 días sin comer ni dulces ni bollería.               

La dieta regulín regulán, algunas comidas la puedo hacer y otras no, porque sigo sin organizarme y sin tener mucho tiempo para comprar, cocinar y sobre todo para hacer dos comidas distintas cada vez que cocino. 
!Menudo rollo!

 Ayer superé una tarde de disgustos y discusiones entre madre (yo) y adolescente (mi hijo). Conseguí no darme un atracón de magdalenas que tenía en la cocina, y pase mi disgusto/enfado "a pelo". Estoy orgullosa de mi misma.

Mañana, en la comida celebramos tres cumpleaños (mis suegros y un sobrino), por lo que sospecho que además de luchar contra mi misma, voy a tener que luchar contra mi suegra diciéndome "chica por un trocito no pasa nada"... y yo sé que no es así. Con un sólo trocito que coma sé que aflora mi señora Hyde y se come hasta al doctor Jekyll... mañana será duro. Ya os contaré.

Como viene el fin de semana, os dejo algo animadito, a mi me gusta escucharla cuando salgo a correr.

 Buen finde!!!!





martes, 20 de noviembre de 2012

21 días

"Somos lo que hacemos repetidamente". Aristóteles

Según los expertos se necesitan tres semanas para crear, romper o modificar costumbres...



21 días, ese es el plazo que me doy para abandonar/cambiar "parte" de mis malas costumbres, después de esas tres semanas se supone que la acción repetida (o abandonada en mi caso) quedará interiorizada como una costumbre.

PRIMER RETO:

21 días sin comer dulces y bolleria -incluída la bolleria casera, que aunque más sana también es muy calórica- y no es compatible -en mi caso- con mi objetivo final marcado, adelgazar hasta normopeso.

La teoría parece fácil, pero la práctica nunca lo es.

¿Cómo se consigue implantar una nueva rutina de manera consciente? de nuevo, según los expertos basta con dedicar unos minutos al día, de esta manera el cerebro va asimilando esa nueva orden día tras días hasta que, después de 21 días, deja de ser un acto de voluntad para convertirse en un hábito.

Estas serán mis estrategias para adquirir mis nuevos hábitos:

-Hacerlo de uno en uno. Todo cambio supone un gran esfuerzo y si "atacamos todos los frentes" de uno en uno, mucho mejor que todos a la vez. En mi caso como tengo varios frentes a modificar, prefiero aplicar eso de divide y vencerás.

-Escribir el objetivo en un papel. En mi caso este blog.

-Ponerle fecha de inicio y final. Comencé ayer día 19.11.2012. Final del reto 10.12.2012.

-Fijar una recompensa. Comerme un donuts cuando acabe el reto. Jajajajajaja!!! Noooooo, me compraré un nuevo foulard/bufanda, que me encantan.

-Comprometerse. Por eso lo pongo aquí, lo hago público.

-Buscar apoyos. Por suerte los tengo en casa, mi maridito siempre está ahí, dispuesto a aguantar mi mala hoooooostia. Otro apoyo, este blog. Otro apoyo, Embellecethe, que de vez en cuando me "convoya" para ir al gym y hacer un par de clases.

-Reflexionar sobre los obstáculos. Mi mayor obstáculo: yo misma. Me paso el día cabreada y eso me genera ansiedad, y esa ansiedad me empujar a comer, y comer me lleva a estar gorda, y estar gorda me cabrea y ... no sigo ¿verdad?

Anotar los progresos. Primer día del reto, superado. Llevé la dieta casi bien, pero el objetivo principal que era no comer dulce/bolleria, CONSEGUIDO.

Documentarse. Lo cual hice antes de empezar este reto de 21 días.

Aprender de los fallos. Si fallo en mi nueva rutina, no me lamentaré, comenzaré otra vez. No me rendiré a la primera ni a la segunda ni a la tercera... espero no tener que añadir ni a la cuarta ni a la quinta... jajajaja!!! Analizaré en que he fallado para que no se vuelva a repetir.

Y hasta aquí mi primer objetivo. Si lo consigo el próximo será:

 21 días sin Coca-Cola.

Nos vemos!!!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

CUSCÚS CON VERDURAS

La dieta, floja floja, no consigo organizarme para tener comprado lo que tengo que comer cada día, con pensar en la comida de los demás ya tengo suficiente, así que eso de tener que cocinar un plato para mis tres amores y otra comida para mí, me está resultando un poco difícil por no decir imposible. 

En cocina me dedico un poco a la improvisación, y claro, así no se puede adelgazar, por lo menos yo no. Consigo no subir de peso pero nada más, y ese no es el objetivo, así que voy a tener que castigarme en la "silla de pensar" y ver como narices hago para organizarme mejor y poder cocinar mi menú.

Pero bueno, dejemos los lamentos y HOY TOCA COCINA.

Preparé este cuscús con verduras la mañana del lunes, con las legañas todavía en los ojos, así que las fotos son un poco cutres pero es lo que hay cuando no se madruga lo suficiente para dejar preparada la comida. 

En mi opinión este es un plato estupendo para incorporarlo como habitual en cualquier dieta, y por dieta no me refiero a las de adelgazar, sino a cualquier tipo de dieta. Es sano, barato, sencillo y rápido de preparar, así que no se puede pedir más.

Vamos con los ingredientes: cuscús (yo utilicé uno integral que compro a granel en la herboristeria, no es mucho más caro que el que podemos comprar en cualquier supermercado, con lo cual prefiero el integral por aquello de la fibra...) y verduras, obviamente. Yo utilicé: una cebolleta (o cebolla tierna), dos dientes de ajo, un puerro no muy grande (sólo la parte blanca), dos carlotas, 6 o 7 champiñones. En realidad este plato admite cualquier verdura que tengáis por la nevera, yo a veces también le he puesto calabacín o pimiento, ya os digo, vale todo. Ya por último caldo vegetal, o de pollo, incluso agua para hidratar el cuscús (yo utilicé un caldo de pollo y verduras que había preparado el día anterior).

Preparación:
1.- Picamos toda la verdura muy pequeñita, en brunoise (daditos muy pequeños), si tenéis mucha prisa podéis picar la verdura en una picadora eléctrica (con el accesorio picador que viene con el minipimer), yo lo utilicé para picar la cebolla y las carlotas que son las verduras que más tardan en hacerse.
2.- En un wok o sartén grande poner un par de cucharadas de aceite (yo puse de oliva) y rehogar la cebolla, al cabo de 3-4 minutos, incorporar la zanahoria y el ajo. Dejar unos minutos que se rehogue bien toda la verdura, ayuda mucho taparlo con una tapadera para que "sude" y se cocine antes.
3.- Cuando ya estén prácticamente hechas las verduras, añadir los champiñones a la sartén y cocinar un par de minutos. Apagar el fuego y dejar tapado mientras hidratamos el cuscús.
4.- Para hidratar el cuscús, calentar el caldo o agua que vayamos a utilizar (misma cantidad de caldo/agua que de cuscús, yo puse 3 cazos) y cubrir el cuscús. Dejar tapado durante 7-8 minutos, que es lo que tarda en hidratarse el cuscús integral, el blanco es un poco más rápido.
5.- Transcurrido ese tiempo, echar un chorrito de aceite al cuscús y removerlo para que quede el grano quede suelto. Incorporar las verduras y remover para que se integre todo.
6.- Servir acompañado de unas hojas de lechuga, canónigos o lo que tengas por casa, yo en ese momento no tenía y no le puse nada al hacer la foto.

7.- Buen provecho.

Os dejo unas fotos para ir viendo los pasos. Os aseguro que me ha costado más escribir la receta que hacerla, es fácil fácil fácil.

Pochando las verduras

Al incorporar los champiñones
 
Hidratando el cous cous

Ya hidratado, añadir un chorrito de aceite
 
Añadir la verdura salteada

Servir y disfrutar!!
Como ya he comentado antes si lo acompañas con un poco de ensalada, puede ser plato único. También puede utilizarse como acompañamiento de una carne, por ejemplo. Y si no quieres que sea un plato "tan vegetariano" se pueden incorporar unos daditos de bacon o jamón, unas tiras de pollo o solomillo, o un poco de carne picada. ¡Imaginación al poder!

Espero que os guste y si os animáis a prepararlo ya me decís.

Bon appetit!!
























lunes, 5 de noviembre de 2012

Razones de peso

Quizá la entrada que escribo hoy debía de haber sido la primera o la segunda que escribiera, pero yo soy así, suelo empezar la casa por el tejado. Así que más vale tarde que nunca y mientras escribo esto voy reforzando mis razones para adelgazar.

No sé en que momento de mi vida, ni porqué, dejé de quererme y me olvidé de mí, cerré los ojos y miré hacia otro lado para no ver lo que me estaba haciendo, y ya se sabe... ojos que no ven... Pero no es verdad, sí que siento, y aunque hay días que me cuesta encontrar motivos para levantarme, lo hago, porque no puedo no quiero permitir que estos kilos de más me hagan perder la sonrisa, aunque a veces lo consiguen... Por eso hoy, de nuevo y a pesar de que no me gustan las listas, hago una lista con las razones por las que TENGO QUE PERDER PESO:

  1. Porque quiero volver a vivir sin dolor (mis pies ya no soportan más mi peso).
  2. Porque una vez YA lo conseguí.
  3. Porque estoy harta de llevar este disfraz de gorda, quiero que salga fuera mi verdadero yo... una mujer sana y deportista.
  4. Porque recuerdo cuando me sentía bien y anhelo mucho ese sentimiento.
  5. Porque SI QUIERO, PUEDO.
  6. Porque quiero vestirme a mi gusto, no con lo que me quepa o me disimule los michelines.
  7. Porque quiero mirarme en el espejo sin sentir vergüenza.
  8. Para que no me rocen los muslos en verano y poder caminar por la playa sin que me salga una rozadura.
  9. Para sentirme sexy y poder utilizar la ropa interior que me gusta, no las bragas de cuello alto.
10. Para ganar autoestima y seguridad en mí misma.
11. Para disfrutar cuando voy a comprar ropa y no acabar llorando.
12. Para dejar de ser la gordita -ahora gorda- pero guapadecara.
13. Para poder usar botas altas y que la cremallera suba hasta arriba.
14. Para que vuelvan a piropearme por la calle.
15. Para aparentar la edad que tengo y no más.
16. Para poder decir mi peso en voz alta sin sentir vergüenza.
17. Para querer salir en las fotografías y poder verlas años después sin que me hagan llorar.
18. Para que nadie puede volver a insultarme diciéndome GORDA... que piense un poco!
19. Para no sentir envidia cuando veo a la gente delgada.
20. Para que no me dé vergüenza encontrarme con personas que hace tiempo que no veo, y sentirme mal porque desde la última vez que me vieron haya engordado.
21. Para poder agacharme y doblarme sin que me moleste la barriga.
22. Para tener relaciones sexuales sin estar pendiente de lo que cuelga y no tenía que colgar.
23. Para poder usar vestidos frescos y ligeros en verano sin temor a parecer una mesa camilla.
24. Para utilizar toda la ropa que tengo en el armario, no como ahora que tengo ropa desde la talla 38 hasta la 48.
25. Para volver a tener ganas e ilusión de hacer cosas y no poner mil excusas intentando justificar mi pereza.
26. Porque quiero volver a correr.
27. Porque en la próxima cena de antiguos alumnos ya no quiero ser la gorda de la clase.
28. Porque cada vez que alguien me mire no quiero pensar que está pensando lo gorda que estoy.
29. Porque si otros pueden hacerlo YO TAMBIÉN.
30. Porque cuando no estoy gorda soy más feliz.
31. Porque la ropa de talla "estándar" es más barata y más bonita.
32. Para que cuando vaya al médico por cualquier motivo no me conteste siempre: tienes que perder peso.
33. Para poder subir escaleras y no acabar resoplando.
34. Porque me lo merezco.
35. Por mi salud.
36. Por mis hijos.
37. Por mi marido.
38. Por MÍ.
39. Porque ya no me quedan excusas...

He buscado una razón por cada año que tengo, así que espero que esto funcione y no tenga que seguir añadiendo razones por cumplir años y seguir gorda.
El orden de mis razones no es por importancia, es conforme me acordaba de ellas o se me iban ocurriendo.

¿Y tú, qué razones tienes?




jueves, 1 de noviembre de 2012

Un poco de mí...

Siempre me ha gustado el deporte, aunque no lo he practicado desde muy niña. Recuerdo desde bien pequeña que quería ser bailarina... con 10 u 11 años conseguí que mi madre me apuntara a clases de ballet clásico, me encantaba y creo que se me daba bien, de hecho creo que la profesora me hubiera llevado a la prueba del conservatorio si no hubiera sido por mi peso... por mi exceso de peso, aunque siempre fue muy cuidadosa con sus alusiones a mi peso, al fin y al cabo yo era una cría. De todas formas al cabo de un tiempo dejé lo de las clases de ballet porque la crisis llegó a mi casa y hubo que recortar gastos.

 A los 14 años (en 8º E.G.B) en el colegio pusieron la extraescolar de ballet y yo le supliqué a mi madre que me apuntara, en esta ocasión me encontré con una profesora que pasaba bastante de mí, supongo que por mi aspecto debía de pensar que yo estaba ahí por estar... sin embargo estoy segura que no había nadie que le pusiera más pasión y más interés que yo a las clases, pero así ha sido mi vida en muchos aspectos... ignorada y juzgada por mi aspecto.
A los 17 años me apunté al gimnasio -hacía pesas en sala, aerobic, step, a temporadas salía a correr con alguna compañera del gym...-  
y así hasta que a los 23 años me quedé embarazada, por aquel entonces los médicos no recomendaban prácticamente ningún ejercicio a las embarazadas salvo caminar y nadar, pero en concreto a mi médico no le convencía ni lo de nadar (por aquello de las posibles infecciones), menos mal que esto en la actualidad ha cambiado... total, que sin hacer apenas ejercicio y donuts va donuts viene, engordé casi 20 kilos. Al cabo de unos meses de haber dado a luz perdí 10 kilos y a los 9 meses de haber tenido a mi hijo decidimos tener otro y de forma inmediata volví a quedarme embarazada, y volví a engordar otros 20 kilos, más los 10 que ya arrastraba, total unos 30 kilazos... Así que en dos años pasé de ser una jovencita recién casada y deportista a ser una mamá 30 kilos más gorda, agobiada por las labores domésticas, en el paro y con dos preciosos niños pero que se me comían por los pies...
 
Cuando las circunstancias infantiles y mi economía familiar lo permitieron,  volví a apuntarme al gimnasio, habían pasado 2 ó 3 años en los que no había hecho más deporte que el perseguir a dos niños pequeños y limpiar mi casita lalalarita... 
Así que de vuelta al mundo de los gimnasios, con un montón de nuevas disciplinas: el body pump, el ciclo indoor, el body combat, el body balance y más.... pero que duro es el ejercicio estando muuuuuuuy gooooooorda.

Finalmente me centré y gané mi batalla contra los kilos, con una buena dieta, muchas ganas de volver a sentirme bien y un buen entrenamiento deportivo, pero sobre todo con muchísimo esfuerzo por mi parte, conseguí perder 25 kilos, nunca he volví a mi peso anterior a los embarazos, pero me quedé con un peso saludable para mí, y porqué no decirlo... con un buen aspecto y forma física. Mi peso estaba casi estabilizado, aunque siempre tenía subidas y bajadas de 3-4 kilos.

Y decidí que el deporte tenía que formar parte de mi vida más allá de ser una mera practicante y me apunté a los cursos de  monitora de Liftraining (equivalente al Body Pump) y de Ciclo Indoor. Y así fue, me hice monitora, creía que eso era lo que me quería, incluso durante casi un año estuve dando clases de ciclo indoor de forma continua y de Body Pump de forma más ocasional. Pero me di cuenta de que no disfrutaba dando las clases, me repetía demasiado a menudo que no estaba delgada como otras monitoras, no me sentía la más fuerte, ni siquiera la más preparada... y cada día me lo decía más y más... y de repente me encontré dando clases y sintiéndome mal, insegura... y lo pasaba muy mal antes de comenzar las clases, pero esa sensación desaparecía al poco tiempo de comenzar la clase y al final acababa sintiéndome a gusto y todo. Hasta incluso creo que hacía disfrutar a los demás, pero en mi cabeza se repetían mensajes negativos una y otra vez. 

Tenía -y tengo- demasiados prejuicios sobre mí, no sentía que transmitiera una imagen de "profesora/monitora", me parecía ser juzgada cada vez que subía a la tarima o a la bici para dar mi clase, siempre con la inseguridad de no "dar la talla"... siempre pensando que cuando entrara a clase todos pensarían -y esa es la monitora?, si está gorda!!!- en esa época yo pesaba entre 72-74 kilos y mido 1,68 por lo que no era una mujer precisamente de "complexión atlética" sino más bien "grandota".

Ahora, en la distancia y con el sobrepeso/obesidad que vuelvo a tener en la actualidad, veo que todo aquello era una tontería, que muchas de las cosas que pensaba estaban sólo en mi cabeza. Esos eran mis  pensamientos y los demás no tenían ni idea de lo que yo sentía, mis alumn@s seguramente no pensarían así y como el mundo es un pañuelo, casualmente años después me encontré en la carrera de la mujer 2012 con una chica a la que yo di clases de ciclo indoor, se alegró de verme, me reconoció (gorda como estoy), y aún así me preguntó si estaba dando clases en algún otro sitio -yo pensé para mí, con este aspecto donde voy a ir a dar clases... a gordilandia claro-. 
Y  hace poco en el gimnasio al que voy actualmente -como alumna - vino invitada por una compañera otra chica a la que también di clases y también me reconoció, me dijo que cuando me marché del gimnasio me echaron de menos durante mucho tiempo, que les gustaba como daba las clases y que desde que yo me fui habían habido muchas idas y venidas de monitores... casualidad o no... yo me enteraba de eso ahora... Y eso me hace reflexionar que tengo que valorar más las cosas que consigo...

Y esta soy soy yo... ahora ya sabes un poquito más de mí...

(hoy os dejo con el vídeo de El Sueño de Morfeo)


¡¡¡SI LO CONSEGUÍ UNA VEZ... LO PUEDO HACER DE NUEVO!!!