Frase de la semana

Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa

miércoles, 23 de enero de 2013

Necesito un Chicote en mi vida

Sí, eso es, necesito un Chicote en mi vida, pero no un chicote por grande y hermoso, sino un Alberto Chicote, porque mi cocina es una pesadilla, por lo menos para mí.

 No sé como me lo monto pero cada día soy más desorganizada en mi casa, y sobre todo sobre todo, en la cocina. Mi cocina, es una cocina de platos sencillos y poco elaborados, no sé, lo más elaborado que puedo preparar es una lasaña, un pollo con almendras, un caldo de cocido... cosas así. Pero funciono mucho a base de arroz blanco o con verduras, o pasta con salsa de carne y tomate, o de nuevo con verduras, carne a la plancha y ensaladas.

Realmente con estos platos la cocina no tendría que estar muy alborotada cuando acabo de cocinar, pero no sé como me lo monto que me paso una hora recogiendo trastos y guardando botes, aquello parece sodoma y gomorra, y eso que no tengo que fregar los platos que por suerte lo hace mi querido lavaplatos. 

Así que el domingo por la noche estaba viendo el programa de "Pesadilla en la cocina" y me sentí muy identificada con lo que pasaba en aquel restaurante. El dueño del local era un tío un poco energúmeno que se pasaba el día gritando y hablando mal a sus empleados, que por cierto la mayoría eran familia (su mujer, su hermano, su cuñada...) y tenía acojonaillo a todo el personal.

Curiosamente, a diferencia de otros programas en lo que los restaurantes que aparecen son un caos y no tienen suficiente afluencia de público para comer, este tío llenaba el restaurante en las comidas y en las cenas, pero a pesar de todo estaba teniendo pérdidas económicas todos los meses.

A parte de que Chicote le hiciera ver que gritar no era la solución para que las cosas funcionaran y que con gritos sólo consigues que la gente deje de hablarte, te tenga miedo y vayan a trabajar acojonados, le enseñó algo que parece muy básico y sencillo pero que allí por lo visto no lo hacían, como calcular lo que cuesta cocinar un plato y al precio que lo tenía que vender para que fuera rentable, parece ser que principalmente el problema económico venía por aquí, el tío ponía el precio que le parecía a los menús y claro con los tiempos que corren no quería cargarlos mucho y perdía dinero en cada servicio de comidas que servía.

Pero a lo que voy, desgraciadamente me vi reflejada en ese tío, siempre enfadado, culpando a los demás de lo que sale mal y siempre a gritos y voces con el personal... como yo por mi casa.

El tío intentaba no gritar y hablar de forma más respetuosa, pero claro, cuando venía el mogollón de trabajo le entraba el estrés y volvía a perder las formas y en cuestión de segundos los gritos y la falta de respeto volvían a aparecer. Pero realmente me dí cuenta del daño que haces a la gente de tu alrededor cuando Chicote los junta a todos para hablar sobre los problemas que tenían y que podía aportar cada uno para mejorar la situación y allí nadie se atrevía a hablar. Prácticamente todos acabaron llorando a moco tendido o soltando alguna lagrimita imposible de contener. Cuanto miedo había en esa cocina...  y pensé:
-Dios mío, ¿se sentirán así en mi casa cuando me pica el bicho y no puedo aguantar y voy a gritopelao con todo el mundo?

Imagino que sentirán algo similar, se sentirán atacados por mí injustamente y llega un momento en el que ya no se molestan en decírmelo porque ya, o pasan de mí o temen mi reacción... que triste.

Necesito un Chicote, que me ayude a organizarme en la cocina, a ser más recogida, a pensar y planificar lo menús de cada día (esto es mi talón de Aquiles, no consigo organizar mi dieta porque no planifico con antelación lo que voy a cocinar cada día). Y lo intento, vaya si lo intento, pero me siento delante del papel y empiezo a escribir la comida del lunes, la cena, la comida del martes, la cena, la comida del miércoles... me atasco, me atasco... parece que se me acaben las ideas y me quedo en blanco. Menos mal que sólo tengo que cocinar para cuatro, porque si de mí dependiera un restaurante... pobres clientes.

En fin, que mientras no venga a verme Chicote, tendré que conformarme con mi chicote particular, ese que tiene más paciencia que el Santo Job y que la pringó el día que el cura le dijo... hasta que la muerte os separe.☺♥

¿Y vosotr@s cómo andáis de pesadillas?

8 comentarios:

  1. Yo tengo un Chicote en mi ordenador. Que me sirve para la cocina, para el resto de la casa, para estar descansada y para no sufrir estrés cuando alguien me llama que va a venir a tomar café en media hora (cosa que antes me ponía de los nervios).

    Se llama Flylady, acrónimo de Finally Loving Yourself (por fin me quiero), y es algo así como chica voladora (en la página se autollaman chicas-mosca, aunque a mí me da un poco de repelús, ja ja ja).

    Y si entras por google chrome en su página web, el traductor de google te ayuda. Bueno, tú no sé, pero yo voy mejor si me traducen... ja ja ja.

    Lo primero que te enseña es a no agobiarte. Allí donde estés, puedes empezar.

    Da pasos tan pequeños que es imposible no ponerse, destila positividad y buen rollo, y anima que es un contento. Y como (de verdad) va paso a paso, te pongo el enlace al primer pasito. Emplearás unos minutos y te sentirás genial.

    http://www.flylady.net/d/getting-started/31-beginner-babysteps/


    Y mira, me has inspirado para poner cositas de esa mujer en mi blog. Ya lo decías tú: unos inspiran a otros, de oca a oca y tiro porque me toca ;-P

    Un besote grandote, más que el Chicote :-)))

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    1. En cuanto "saque" un ratillo me voy a ojear la página... Gracias por la información.

      Un besete!!

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  2. No te agobies y escríbete un menú para toda la semana y organiza la compra para toda la semana, te pegas el menú en la nevera y a seguirlo.

    Y no te creas todo lo que ves en el programa de Chicote, está todo super guionizado, van a golpe de guión y hay muchas cosas que no son creíbles. Yo ya dejé de verlo.

    Fuerte abrazo

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  3. Gracias por el consejo Javi, eso es lo que intento pero cuando llevo media lista me quedo sin ideas para más menús, me acabo agobiando, tiro la hoja y... a improvisar se ha dicho.

    Así me va con la dieta...

    Un beso!!!

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    1. Pruébalo una semana, te imprimes aquella lista de comidas que puse y haces el ensayo. Verás como funciona.

      Y si no lo pruebas, no te preocupes que no pasa nada. Sé que a veces queremos hacer cosas, y al final no las hacemos. Tú no te agobies, que es peor.

      Un beso.

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    2. Gracias Amelia, tus palabras me reconfortan ;D

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  4. Yo me doy cuenta al instante cuando me pongo gritona e insoportable y le pido disculpas al que tuvo que hacerse como perrito castigado, ayer fue mi novio por ejemplo, ibamos en el carro buscando una dirección y él que no me decía las vueltas de las calles a tiempo y nos pasábamos por cuadras y cuadras y teníamos que devolvernos una y otra vez y la gasolina casi en 0, entonces salta la bruja endemoniada que hay en mí y termino a gritos despiadados, el pobre estuvo callado el resto del camino y tuve que ingeniármelas sola, pero bueno, el punto es reconocerlo y aclararlo con la persona para que no se queden esas espinitas que van dañando de poquito a poquito, sea en la cocina, en la casa, afuera o donde sea :)

    Ahora en este momento me siento igual que tu María, mis comidas no están en absoluto controladas, aún cuando como dice Javi ya las tengo impresas y pegadas en la puertesota del refri, por Dios, que nos cuesta! a ponernos las pilas!

    Besos

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  5. Hola Adriana, sí que nos cuesta sí, pero somos unas chicas muy insistentes y al final lo conseguiremos.

    Un besito!!!

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